Cómo sané la quemadura de segundo grado de mi hijo con amor y productos naturales
El amor por los hijos es, sin duda alguna, el sentimiento más grande y profundo que uno puede experimentar. Como padres, estamos dispuestos a soportar cualquier dolor con tal de evitar que ellos lo sufran. Recientemente viví esta verdad de una manera muy personal cuando vi a mi hijo enfrentar el dolor y la incomodidad de una quemadura de segundo grado que sufrió después de que accidentalmente le derramaran café caliente en la pierna en una cafetería.
Yo soy madre separada, por lo que mis hijos viven la mitad del tiempo conmigo y la otra mitad con su padre. A diferencia de mí, él es un firme creyente en la medicina tradicional, siguiendo al pie de la letra las recomendaciones médicas. Aunque no estoy en contra de estas prácticas, la maternidad y mi experiencia en Milamores me han enseñado a confiar en mi instinto, y sé que hay momentos en los que es necesario recurrir a métodos naturales para sanar, como en este caso.
Quizás por temor a que reaccionara o le sugiriera alternativas, mi exmarido decidió no informarme de inmediato sobre lo que le había sucedido a nuestro hijo Gregorio. Me enteré al día siguiente, y al ver la gravedad de la quemadura en la foto, le pedí que por favor no enviara al niño al colegio para evitar una infección y que le aplicara el aceite MagicOil dos o tres veces al día. Aunque sospechaba que no seguiría mi consejo, sentí la necesidad de mencionarlo.
Una imagen vale más que mil palabras.
Desafortunadamente, mi exmarido no me hizo caso y envió a Gregorio, o "Grego" como lo llamamos de cariño, al colegio. Poco después, recibí una llamada del colegio en la que me "regañaban" por haber permitido que un niño con una quemadura de segundo grado asistiera a clases. En ese momento comprendí la gravedad de la situación: la pierna de mi hijo, quien sueña con ser futbolista profesional, estaba en peligro por una quemadura que inicialmente no parecía tan seria.
Luego de este incidente, Gregorio fue incapacitado por una semana, y gracias a Dios, tuve la oportunidad de tratarlo de la manera más natural y efectiva que conozco: con Milamores. Aunque suene romántico, así fue. Le administré infusión RadiantSkin día y noche para acelerar la recuperación del tejido dañado, y con la herida aún abierta, empecé a aplicarle el aceite regenerador MagicOil dos o tres veces al día. Lo hice con la plena convicción de que estos productos, 100% naturales, respetarían su cuerpo y favorecerían su curación.
El resultado fue asombroso. En lugar de recurrir a tratamientos invasivos o productos cargados de químicos, opté por un enfoque natural y respetuoso con el cuerpo de mi hijo. Hoy, puedo decir con orgullo que la quemadura sanó sin complicaciones, gracias a la infusión RadiantSkin y al aceite regenerador y cicatrizante MagicOil.
Si este testimonio resonó contigo, te invito a compartirlo. Juntos, podemos ayudar a más personas a descubrir los beneficios de los productos naturales en momentos críticos.
Les mando un fuerte abrazo,
Con cariño,
Isabel Uribe de Milamores
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