¿Es seguro consumir el hinojo durante la lactancia?

¿Es seguro consumir el hinojo durante la lactancia?

MilkyMom, una infusión que contiene hinojo, pero no se limita a aumentar la producción de leche materna. Es la mejor aliada para una recuperación post-parto integral. Ella ayuda a desinflamar, cicatrizar, regular las hormonas (causantes en gran medida de las temidas depresiones post parto), brindar calma, restaurar el sistema reproductivo, eliminar líquidos retenidos y, por si fuera poco, ¡AUMENTAR LA PRODUCCIÓN DE LECHE MATERNA! Es toda una maravilla, una infusión enfocada en un momento muy específico, pero con grandes y múltiples beneficios comprobados por muchas mujeres (véase testimonios).

Sin embargo, durante los últimos dos o tres años, constantemente llegan a Milamores, mamás lactantes con la preocupación de que el hinojo, ingrediente de nuestra infusión MilkyMom, pueda ser perjudicial para su bebé. Y aunque ahora puedo responder a esta duda con confianza y argumentos, la primera vez que me llegaron con ella, me tocó correr a investigar, leer, preguntar, discutir y analizar la información recopilada, lo que al final me llevó a la conclusión de que consumir el hinojo es totalmente seguro de la forma como normalmente se hace y se ha hecho por siglos, en diferentes culturas y generaciones.

Pero, ¿por qué surgió esta duda acerca del Hinojo y cómo se popularizó entre las madres lactantes?

Siempre que una mujer llegaba preocupada porque la infusión MilkyMom tenía hinojo y podía perjudicar su salud o la de su bebé, le preguntaba dónde se había informado. La respuesta siempre era la misma: e-lactancia.org

Para el que no esté familiarizado con el mundo de la lactancia, éste es un sitio web creado por José María Paricio, famoso promotor de la lactancia materna, en el que se encuentra una base de datos donde las personas pueden buscar diferentes términos y verificar la compatibilidad con la lactancia materna en términos de riesgo: Muy bajo, bajo, alto y muy alto.

Efectivamente cuando fui a buscar a esta página la primera vez que me hablaron de ella, ahí  estaba en color naranja, casi llegando al rojo de “máximo riesgo”, el hinojo. Obviamente mi instinto me decía que algo ahí no estaba bien, no solo porque gracias a mi mamá conozco sobre las plantas y sus bondades, sino porque el sentido común me decía que, si era una planta ampliamente utilizada en el mundo entero por cientos de años en pro de la lactancia, no podía representar el riesgo al que hacían referencia estas mujeres y la información imprecisa del sitio web. Así que decidí buscar.

Lo que encontré en la información del sitio web, fue que basaba su calificación de riesgo en un “estudio” realizado en 1994, ¡prácticamente la era de los dinosaurios! Pero el problema que encontré no fue la antigüedad de la publicación, sino la forma “amañada” de este sitio web de publicar/editar la información, para respaldar su concepto sobre esta planta.

Por un lado, el citado no era un estudio, sino ¡una carta! al editor de la revista Acta Paediatrica [1]. En esta carta titulada: “Toxic effects of a herbal tea mixture in two newborns” (Rosti, Nardini, Bettin, & Rosti, 1994, pág. 683) (Efectos tóxicos de una mezcla de té de hierbas en dos recién nacidos) sus autores, médicos del Departamento de Pediatría del hospital Regina Elena en Milán, Italia, exponían el caso de dos mujeres con bebés lactantes de 15 y 20 días de nacidos, inquietos y con vómito. Sugerían una afectación del sistema nervioso central porque presentaban hipotonía, letargo, llanto débil y mala succión, adjudicándole estos síntomas a la ingesta de grandes cantidades de un té de hierbas (regaliz, hinojo, anís y galega officinalis) y al “posible” contenido de anetol (sustancia presente en el hinojo y el anís) en la leche de las madres, hecho que no pueden aseverar porque no hicieron mediciones de esta sustancia en la leche.

Por otro lado, el contenido de esta carta era la exposición de una observación y en ningún momento hablaba de investigación o estudio metódico y objetivo. Está llena de términos como: “creemos que”, “podrían ser” “pueden tener”, que indican suposiciones o un punto de vista y no un hecho o afirmación contundente. Por lo tanto, dicho texto no puede ser considerado como evidencia para definir la toxicidad de una planta.

En este punto todavía pueden tener la duda de si el anetol del hinojo pueda hacer daño al bebé o la mamá y causar daños neurológicos. La respuesta es un rotundo ¡NO! Si bien el anetol puede ser un neurotóxico si se consume en enormes cantidades, la cantidad presente en el hinojo no representa riesgo alguno. Como la solanina presente en papas, tomates y berenjenas o la cumarina presente en la canela, son compuestos químicos que se encuentran en alimentos que, aunque solos y en grandes cantidades pueden ser tóxicos para nosotros, la naturaleza ha sabido balancearlos con tanta magia y sabiduría dentro de esas plantas o alimentos, que lo único que hacen es beneficiar nuestra salud.

…y para despejar las dudas de quién todavía tenga alguna, aquí les dejo esta referencia:

“El anetol se utiliza en las industrias alimentaria y farmacéutica y la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA-US) ha emitido su certificación de seguridad. También ha demostrado experimentalmente que el anetol no tiene toxicidad en dosis bajas y se considera no genotóxico ni cancerígeno y, por lo tanto, bastante seguro.” Ver fuente

 

Como dato curioso quiero añadir que al día de hoy el sitio web e-lactancia.org cambió su concepto sobre el hinojo de “riesgo alto” a “riesgo bajo”. Tristemente, su errado concepto sobre esta planta, se ha expandido por infinidad de sitios web y comunidades pro-lactancia. Espero con este artículo, devolverle al hinojo el respeto y el lugar que se merece dentro del mundo de las madres lactantes y por consiguiente, a nuestra bondadosa infusión MilkyMom que todos los días ayuda a madres lactantes en su recuperación post-parto, brindándoles bienestar físico y emocional y abundante leche materna para sus hijos.

Acta Pediatrica es una revista mensual revisada por pares que se encuentra a la vanguardia de la investigación pediátrica internacional. Publicado en nombre de la Fundación Acta Pediátrica, cubre la investigación tanto clínica como experimental en todas las áreas de la pediatría.

 

Articulo escrito por: Susana Castaño Carvajal.